Saludos Guerrer@s!!!

SALUDOS GUERRER@S

El camino es solitario, pero en la busqueda de nuestra libertad siempre hay un momento para compartir.
Puede ser un largo trecho el que recorramos juntos o tan solo el tiempo de leer estas lineas. Con lo que sea, que el Espíritu te traiga siempre la fuerza y el poder necesarios para conseguir tu intento.

LA MUERTE DEL GUERRERO VIKINGO




He aquí  que veo a mi padre.
He aquí  que veo a mi madre,
A mis hermanos y a mis hermanas.
He aquí que veo el linaje de mi pueblo
Hasta sus principios .
He aquí, que me llaman,
Me piden que ocupe mi lugar entre ellos.
Pero, en los atrios del valhalla,
En el lugar donde viven los valientes para siempre.

Oración funeral vikingo (Noruega aproximadamente 500-1000 dC)

Esta oración os resultara conocida a muchos ya que se ha hecho famosa por la película EL Guerrero Nº 13.

Los vikingos creían en la vida después de la muerte. Para ellos la muerte durante la batalla les permitía la entrada en el Valhalla, el paraíso de los guerreros, donde habitan los Dioses y donde Odín también llamado Valfather (padre de los caídos) les recibía como héroes. Eran las valquirias las que recogían a los mejores guerreros caídos en batalla y los llevaban al Valhalla.

Al igual que otras creencias al morir veían a sus seres queridos, aquellos que habían partido antes, los que vienen a reclamarlo y acogerlo a su llegada a la Vida Eterna. Mas sin embargo no está su lugar entre ellos sino que como guerrero entra en el Valhalla. Para los pueblos Nordicos ser guerrero era un privilegio.

El Valhalla se encuentra en el reino de los dioses llamado Asgard y está gobernada por Odin que es el rey de todos ellos. En nórdico antiguo significa Valhöll, "sala de los muertos" y es como el mismo nombre indica, la sala de los héroes muertos.

En ese paraíso para los valientes estaba todo cuanto podía desear un guerrero, las Valkirias les servían hidromiel y carne de jabalí sin límite, Sehrimnir, el jabalí, moría y revivía cada día para ser cocinado por Andhrimnir, el cocinero; y a continuación luchaban entre ellos en el gran patio donde sus heridas sanaban por completo en cuanto terminaba la contienda para proseguir con otro banquete en un ambiente de camaradería.

Ya que todos los guerreros aspiraban a morir luchando, en el caso de que viesen que no iba a ser así, ellos mismos se provocaban la muerte digna llegando a herirse a sí mismos con sus propias armas cuando veían acercarse el final de sus días.