Cae la noche en la profundidad del Universo
Los astros brillan y los animales duermen.
Mientras la Madre nos cubre
con su manto blanco de hielo y nieve,
nuestros sueños viajan por el cosmos
buscando un lugar donde renacer.
Descansan hoy los árboles de sus pesadas ramas
que ahora están desiertas de verdor y deseos de enamorados...
Mas en la profundidad de las almas y los cuerpos
sigue brillado la Gran Llama
Y en esta noche de invierno
nuestra Madre canta para nosotros,
iluminando la vida, ardiente de emociones.
¿Iluminará la Tierra nuestros pasos?
¿Escucharemos su voz en el letargo?
Cerrad los ojos y escuchad a la Madre…
Ella sigue ahí, en el rumor del viento
en el latir de los árboles, resplandeciente en el cielo.
Escuchadla en el triste crujir de la tierra
estremecida por el frío
porque sigue viva…
Hoy imitamos a nuestra hermana la tierra
y nos refugiamos en el calor de nuestro corazón
donde creceremos y eclosionaremos
como hace la semilla escondida en el vientre de la Madre.
La oscuridad y el invierno nos invaden, mas es más fuerte nuestro brillo.
El frío no retiene al hombre y las tempestades nunca nos impiden avanzar.
Somos libres de nuestros pasos y de nuestras decisiones.
Aprendamos en esta época a ser sabios y correctos para poder encontrar el camino adecuado.
Ahora la nieve cubre el sendero que algún día recorreremos…
Pero éste está ahí esperando a que sea el momento preciso para mostrarse.
Cae el invierno, y nos preparamos para la dedicación y superación.
Que nuestra hermana la tierra nos escuche y nos otorgue su sabiduría para crecer en nuestro descanso, para encontrar el conocimiento que nos permite renacer.
Así es, y así debe ser.